Protege tu sitio cifrando los datos confidenciales, como la información de los clientes.
Crea una copia de seguridad de tu sitio web y tus datos. (Por si acaso).
Realiza escaneos diarios en busca de amenazas de seguridad y las eliminas de tu sitio.
Cuando la gente visita un sitio que no tiene un certificado SSL, sus navegadores les advierten: Esta conexión no es segura.
Ese mensaje puede arruinar la reputación de una empresa. Erosiona la confianza y lleva a esos clientes potenciales a abandonar el sitio web y, tal vez, a no volver jamás.